Un día como hoy confieso que me gustan los refrescos PAuPAu! Luego de tomar colorantes y sabores artificiales, elevo una oración por mi querido Presidente, su gabinete y todos los estimados diputados que tiene la Asamblea Legislativa.
Dios: confío en vos. Hacé algo a través de personas idóneas para que este país mejore las condiciones de vida de sus habitantes. Levanta hombres y mujeres decididas y trabajadoras por un verdadero cambio democrático, donde las necesidades básicas sean la prioridad. Amén.
No sé porqué después de esto viene a mi cabeza la cita biblica que reza: "No hay justos ni siquiera uno".
Y esa cita muestra algo totalmente cierto, qué bonito fuera que al elevar una oración o plegaria las cosas cambiarían. La fe es importante, pero se necesita más que eso para mejorar las riendas de todo. Reconozco que ni yo soy justa, a cada rato cometo cientos de injusticias podría justicarme al decir que son pequeñas cosas, pero a larga me llegara la factura. Aquí, no en otra parte.
No me imagino la vida de nuestro Presidente, y no me importa su bandera partidaria o si no la tiene. Pero no cabe duda que tratar de llevar las riendas de un País como el nuestro no es nada sencillo. Es más, venimos arrastrando por más de veinte años una cadena de eventos que han favorecido a unos cuentos y no logramos salir de ahí, además la situación económica en el norte de América y Europa no marcha nada bien, y querrámos o no, muchos dependemos de la ayuda que viene de estos. Los países que están saliendo de la pobreza son China, India, algunos países de Sur América y otros pocos países. Eso nos dicen por la televisión y cientos de estudios que se han realizado en los últimos años, pero que este crecimiento muestre igualdad de oportunidades para sus habitantes no lo sabemos.
Sinceramente, yo no creía que en dos años se iba a cambiar todo por completo. Eso es imposible. Tampoco creo que se haga el próximo año y los que faltan de este gobierno. Mucho menos creo que otro partido político lo haga. Es que hay tanta problemática de fondo. Utilizaré una palabra que no me gusta, pero LAMENTABLEMENTE cada partido politico va en busca de sus propios beneficios así como la mayoría de seres humanos vamos en busca de lo que nos conviene.
Una señora decía a las afueras de un hospital: "no me afilio a ningún partido, a no ser que me den trabajo". Bien, la señora tiene derecho a tener un empleo digno, pero primero pensó en lo que le convendría al estar en un partido político. En ningún momento dijo, si participo en un grupo político podré ayudar a los demás para que salgan de la pobreza. Pensar así es de idealistas que no salen de los escritos dibujados en el viento...
Veamos, muchos de nosotros nos quejamos a diestra y siniestra, pero de todos ustedes los que tienen más de un empleo, estarían dispuestos a dejar uno para que el otro que no posee lo obtenga. O estarían dispuestos a que se redujeran sus salarios para que los menos favorecidos tengan un salario digno. Y los jóvenes que estamos sin empleo, estaríamos dispuesos a brindar servicio comunitario en cientos de lugares que necesitan distintos tipos de asistencia. Ahí viene la autojustificación y el titubeo.
En los últimos meses he tenido un sueño recurrente y tiene que ver con la pérdida de mi antiguo trabajo. Donde laboraba aprendí tanto y conocí a mucha gente linda. Pero al final me propusieron algo que no podía aceptar por cuestiones muy personales; sin embargo, olvidé decirles que no me importaba el ascenso con el mismo salario pues no tenía mayores gastos y estaba bien siempre y cuando se actuara con transparencia, porque eso lo había aprendido ahí. Pero no supe negociar y fui malinterpretada totalmente. Sueño que regreso al trabajo y veo muchas cosas que no vale la pena mencionar. Tengo nueve meses de no laborar y estoy que me muero por hacer algo, no por el simple hecho de ganar un salario, aunque estaría en mi derecho, pero lo que más extraño es poder estar en contacto con los niños y niñas que necesitan algún tipo de ayuda. Extraño las sonrisas de los chicos y chicas de las escuelas y comunidades que visitaba...
Si pudiese vivir del aire con gusto lo haría y seguría visitando los pueblos que frecuentaba llevando libros de literatura. Haría nuevas dinamicas con los chicos y conversaría por largas horas con los dirigentes de las casas culturales o escuelas de cómo acercar a los estudiantes a los libros. Pero los cooperantes no creyeron más en ese tipo de proyectos, porque no llegaron miles de jóvenes a los talleres.
Yo creo en la enseñanza, en la literatura y la poesía no con un fin moralizador sino como disparadora de la imaginación, del desarrollo cognositivo y el despertador de un pensamiento critico y propositivo. Creo en el placer de leer por leer porque divierte y aprendemos algo nuevo. Y creo en la construcción individual del propio aprendizaje. No pretendo sensibilizar a nadie, pues todos somos sensibles, aún quien asesina. Los malvados también lloran hasta por los efectos de la ira. Sin embargo, nos falta tanto por aprender.
A lo que deseo llegar es que nadie va a venir a solucionarnos la vida. Lo ideal es que nos brindaran oportunidades para superarnos a través de nuestras distintas profesiones u oficios. Qué dicha sería que tuviesemos gobernantes como en los cuentos donde el rey está pendiente de todo su pueblo. Qué lindo sería que lo predicado por Jesucristo fuese puesto en obra por sus seguidores, pues todo se resume en amar al projimo como a nosotros mismos. No sé que diran otras religiones, porque nos las conozco, pero seguramente concordarán en eso.
Si nuestros queridos gobernantes de verdad amasen a El Salvador, no cometerían tanto abuso de poder y no perderían tanto el tiempo en negociaciones improducitvas. No habría infiltración de tantas acciones ilicitas dentro del Estado y en el ISSS no se robarían tanta medicina que luego es comercializada en los mercados. Y Arena no criticaría tanto al FMLN sino que se pusieran de acuerdo para trabajar por el bienestar del pueblo. Mejor ya ni sigo en esto porque no llegaré a ningún lado sino a puros cuentos de hadas y creo que ya tuvimos bastantes cuentos en la infancia.
En pocas palabras: busquemos la sabiduría e inteligencia emocional. Si tenemos un trabajo cuidemozlo trabajando con transparencia, no perdamos las horas laborales frente a páginas no contribuyentes para nuestra labor. Si trabajamos en atención al cliente seamos amables con todos. Y si somos un servidor publico no abusemos del puesto.
Y si vendemos en la calle respetemos los puntos de ventas. Botemos la basura en su lugar. Menos consumismo innecesario. Menos recargas a los celulares y hablemos a viva voz con la pareja. En fin, tratemos a los demás como nos gustaría que nos tratasen. Y los que no tenemos empleo, sigamos buscando, mientras tanto veamos qué hacer. El salvadoreño siempre se ha caracterizado por ser emprendedor, no nos quedemos de brazos cruzados. Hagamos nuestra parte. Uy, ya parezco politiquera o pastora.
En fin, todos somos injustos y quien diga lo contrario miente. Deberíamos tratar de hacer la diferencia cada día, ser mejores personas y eso lo tenemos que hacer por nuestra cuenta, no sólo por obrar bien y esperar algo a cambio sino por el placer de hacer el bien a los demás sin gloriarnos. A través de la historia, muchos hombres y mujeres trataron de luchar por su ideales y sus palabras siguen teniendo eco al presente. Aprendamos de ellos y ellas.
Cierro con palabras sabias:
Donde hay justicia, no hay pobreza. Kung FuTse, Confucio
El hombre justo no es el que no comete ninguna injusticia, sino el que, pudiendo ser injusto, no quiere serlo. Menandro
En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle. Mohandas Karamchand Gandhi
En un mundo injusto el que clama por la justicia es tomado por loco... León Felipe Camino y Galicia
Es fácil ser bueno; lo difícil es ser justo. Víctor Hugo